Director: Jaume Balagueró.
Guión: Jaume Balagueró.
Formato: blanco y negro.
País: España.
Año: 1995.
SINOPSIS: Una historia con esos elementos que tanto obsesionan al cineasta catalán: oscuridad, niños, límites del dolor, desencanto de la soledad, el personaje femenino enfermizo y desquiciado, las consecuencias de la locura e incluso incluyendo cosas como la guerra bacteriológica, la drogadicción como recurso amnésico o el papel del sadomasoquismo en la trama. Los ambientes que podemos ver en el corto, son de índole casi surrealista u onírico, subrayados por una espléndida fotografía (muy del estilo Dariusz Khondji en sus trabajos para Fincher o Jeunet) en tonos sepia de una densidad y cromatismo estupendo. Si a todo ello le sumamos la espléndida partitura de Gustav Mahler (que por cierto, quizás recuerden del final de esa gran película que es “Muerte en Venecia” (Luchino Visconti, 1971)), nos queda un corto tan arriesgado como extraño, con factura plenamente cinematográfica y tomándose licencias tanto creativas como arriesgadas que posteriormente en sus largometrajes irá abandonando a favor de la comercialidad.
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